martes, 31 de julio de 2012

Antes y después: mi espacio de trabajo

En un post anterior hablamos de la importancia de tener un espacio de trabajo ordenado. Como ejemplo, enseñaba mi habitual espacio de creación para los trabajos de Cáscara de Papel con esta foto:


Este suele ser su aspecto cuando he acabado un proyecto y he recogido el material utilizado. Dejo sobre la mesa el tapete de corte y algunos productos de uso habitual.

Antes de irme de vacaciones este año tuve varios proyectos abiertos a la vez, así que cuando terminé me encontré con este desastre por ordenar:


No sólo la mesa estaba llena de cosas. Utilizaba una estantería negra en la que caben muchísimos objetos y que me permitía tenerlo todo al alcance de la mano. Cuando la puse, sabía que sería un recurso temporal. No me gustan los objetos a la vista, porque dan la sensación de desorden, y al que nunca puse cajas cerradas porque aunque mejoran el aspecto, para mi es más complicado encontrar los objetos en grandes contenedores. Pero si además se une a varias jornadas intensas de trabajo y olvidar la regla de colocar cada objeto en su lugar..... sucede esto:


Así que había llegado el momento de cambiar esta estantería por otro mueble más útil y adaptado a mi estilo de trabajo. Dediqué varios días a tomar medidas y planificar lo que quería guardar. Este pequeño espacio está en mi dormitorio. Eso significa que además debo colocar muebles que ocupen poco y no destaquen respecto al resto del dormitorio (en las fotos verás un mueble en color madera que también cambiaré en unos días....).

Hasta aquí, el Antes. He tomado algunas fotos del Durante, para que veas que he necesitado tiempo y espacio para recolocar todos los objetos. Uno de mis mayores retos ha sido poder guardar casi todos los objetos en en nuevo mueble.

Algunos objetos sobre la cama y el escritorio, mientras lo sacaba todo de la antigua estantería.



El nuevo mueble (el blanco de cajones) ya montado y listo para empezar a llenarlo. Tuve que poner los dos en paralelo durante varias horas para dejar espacio en la habitación y hacer el trasvase de materiales.


Por fin, reto conseguido!! En esta foto puedes ver cómo queda la cajonera y cómo he despejado la mesa por completo respecto a la imagen que tenía habitualmente. Ahora cuento con más espacio para trabajar cómoda.


Una imagen desde la puerta de la habitación (el mueble de fondo será sustituido :) )


Te apetece ver cómo ha quedado organizado el material? Primero una imagen del exterior


Aquí, algunos regalos que me han hecho mis amigas del hilo Técnicas de Scrapbooking de Facilísimo este verano, y que decoran la zona superior del mueble.


La cajonera tiene cinco cajones estrechos y cuatro cajones anchos, de arriba a abajo. Verás que muchos objetos están ordenados en cajas. Eso me permite sacar la caja que necesito para trabajar con ella y volverla a guardar de modo organizado y rápido. Para mi es más sencillo trabajar con cajas pequeñas que puedo mover de un lado a otro que tener que buscar en grandes contenedores un único objeto.

El primero de los cajones es el más vacío -por el momento- y sólo guarda una carpeta con troqueles.


En el segundo cajón: una caja blanca y naranja con cartulinas de colores embosadas. Una cajita con Stickles, otra cajita con algunas pequeñas herramientas, y las tintas con sus almohadillas.


Tercer cajón. Aquí guardo los elementos decorativos como botones, lazos, doolings, piedras brillantes (en la caja que está a la derecha), etc. Poco a poco sustituiré los botes por otro tipo de recipientes, según vaya necesitando sitio.


Cuarto cajón. En los pequeños envases del fondo guardo los charms, brads, cascabeles, etc. En la caja  de colores del fondo están los elementos de embossing, en la blanca está la crop-a-dile y los eyelets.


En el último cajón estrecho, y que queda al alcance de la mano, tengo las toallitas, algunos sellos de madera y los pegamentos.


En el primer cajón ancho he guardado mis troqueladoras, algunos pegamentos más altos, y un par de botes de pintura acrílica que seguramente cambie de lugar.... La caja negra es de tela y plegable. Así si en algún momento crece la adquisición de troqueladoras y decido sacarlas de la caja negra para ocupar todo el cajón, puedo doblarla y almacenarla sin que apenas ocupe espacio.


El segundo cajón ancho guarda las flores y los pads pequeños de papeles de scrapbooking. Entre mis próximos planes está organizar las flores y no sólo que estén todas juntas.


En el penúltimo cajón guardo mi primera caja alterada donde están todas las cintas y encajes. A su lado, una caja de madera con stickers, esquineros, pegatinas, etc.


El último cajón por el momento, está reservado a objetos de poco uso. Algunos materiales de oficina, la caja de cintas que acabo de vaciar y que me encanta, la Dymo, una antigua libreta de notas que ya no uso y mi caja de luz para hacer fotos de mis trabajos.


Te parece que he ganado con el cambio? Tú qué más harías?

miércoles, 4 de julio de 2012

Orden en el espacio de trabajo

Como cada año, llega el verano y con él, las vacaciones. Al igual que en primavera realizamos una limpieza global de nuestra casa, la temporada estival trae consigo el orden en el espacio de trabajo.

Este lugar puede ser la oficina, nuestro despacho o el rincón de trabajo que tenemos en casa. El orden y la limpieza de este espacio nos permite abrir espacio a la creatividad y trabajar con mayor comodidad. También nos ayuda a liberar de "cabos sueltos" nuestra mente y salir de vacaciones con la sensación de tener todo el trabajo bajo control. De este modo, "cargamos pilas" más en profundidad y al regresar al puesto de trabajo, el espacio no será un lugar que nos agobie y que nos recuerde lo mucho que nos queda por delante. Será una ampliación de ese oasis en el que hemos pasado los meses de verano y trabajaremos mejor.

Se puede comenzar por mirar todos los documentos y papeles, reciclando los inservibles, digitalizando la mayoría de los que quedan y conservando solo una pequeña parte en papel. También podemos deshacernos de los mil y un cachivaches que vamos acumulando en cajones o sobre la mesa. Podemos reorganizar muebles, cambiar contenedores y ordenar de otro modo el espacio.

Aunque esta labor se debe hacer en profundidad una vez al año y te sugerimos que sea en esta época si tu trabajo te lo permite, también puede realizarse una organización más pequeña de modo periódico.

Hoy traigo como ejemplo mi escritorio. Los que me seguís a través del blog Cáscara de Papel, sabéis que no paro de hacer nuevos trabajos, al menos una vez en semana. Cuando acabo uno de estos trabajos, mi escritorio suele parecerse a esto:


Suele estar lleno de restos de papeles, herramientas, objetos decorativos y para decorar....

Para que la creatividad pueda fluir y que cada trabajo sea único, realizo limpiezas y ordeno el material después de cada proyecto, por lo que de modo habitual suele parecerse más a esto:


En momentos como el periodo veraniego, con más tiempo, este espacio irá cambiando para adaptarse a mis actuales necesidades y sufrirá una organización mayor. Espero poder enseñártela en unas semanas.