domingo, 31 de mayo de 2015

Lectura de fin de semana: Por qué es difícil dejar de comprar


Hoy os propongo algunas lecturas y videos cortos acerca de la dificultad que tenemos actualmente para decidir dejar de comprar o minimizar nuestras compras.

Proponerse dejar de comprar de modo compulsivo o, simplemente, sin pensarlo demasiado, es una tarea difícil. Por suerte, no imposible, y quien ha probado a realizar compras conscientes sabe que esto ofrece más felicidad que comprar "porque lo necesito", aunque no sea así.

Existen numerosos estudios que explican cómo reacciona nuestro cerebro y los placeres que recibimos ante las compras compulsivas o incluso ante lo que consideramos gangas (en inglés).

También se ha escrito acerca de por qué compramos cosas que no necesitamos, aunque nos demos esta explicación a nosotros mismos para sentirnos mejor. A esto se le llama Disonancia Cognitiva.

Y si te has acercado por el gigante sueco del hogar, en algún momento habrás pensado: "yo no venía a comprar nada y he salido con la bolsa llena". Tiene su explicación :)

Por un lado, cómo tienen organizado el espacio para asegurar que siempre te vas a tropezar con algo que "necesitas". Puedes verlo en el video: Ikea, la psicología que hay detrás de nuestro consumismo.

Por otro lado, en el video El efecto Ikea, nos explican por qué sobrevaloramos lo que hacemos con nuestras propias manos, y cómo el hecho de que montemos nuestros propios muebles nos hace pensar que son los mejores del mundo.

De hecho, el gigante sueco ha ampliado su estrategia de ventas y tiene planeado abrir tiendas, más pequeñas, "de conveniencia" dentro (y no a las afueras) de las ciudades. De momento, hará pruebas en Londres a finales de año, para conocer la acogida. Si funciona, empezará a extenderlo al resto de países donde tiene presencia.

En todo caso, Vivir con menos, mucho menos, es posible.


2 comentarios:

Viaje al Minimalismo dijo...

Tras el megadestrasteo de mi hogar, tuve que ir a Ikea un día (los rodillos de pegatina para los pelos de los michis, los compró allí) y fue una experiencia extrañísima. Cómo me había cambiado la percepción de las cosas, lo largo que se me hizo el camino hasta llegar al producto que buscaba, el bombardeo de "trastos" que iba teniendo a lo largo del camino.

Y la sensación tan extraña de pensar, que tan sólo un par de meses antes, paseaba por allí, disfrutando de todo lo ofertado, y mentalmente haciendo huecos en mi casa para meter más y más cosas. La de horas que he pasado allí, que disfruté en su momento, con las percepciones y mentalidad de antaño.... Y ahora sólo veo trastos, y trastos, y me agobiaba mientras caminaba... creo que fue la prueba definitiva que algo en mi había cambiado, y para bien :)

Gracias por el post y por los enlaces, me pongo a disfrutarlos en breve.

Besitos!!

beatriz dijo...

Los urbanitas tenemos gran parte de nuestros hábitos sociales relacionados con el consumo. Es fácil acabar n un centro comercial, en un bazar de chinos comprando cualquier objetos, ropa o visitando un mcdonalds.
Parece q no nos sabemos divertir o disfrutar si no consumimos.